La queratometría mide el radio de curvatura de la córnea para dar un valor del astigmatismo corneal. Este es el astigmatismo más importante, pero no el único, ya que existe también el astigmatismo a nivel de la cara posterior de la córnea y el de las caras anterior y posterior del cristalino, que en muchos casos es mínimo. El astigmatismo es la ametropía más frecuente.

Los queratómetros automáticos son los más utilizados.

En la mayoría de las córneas normales, la queratometría tiene una precisión suficiente para ajustar las lentes de contacto o calcular la potencia de las lentes intraoculares (LIO). La queratometría también es útil para detectar el astigmatismo irregular, en el que las imágenes queratométricas no se pueden superponer o no forman óvalos regulares. No obstante, en algunas circunstancias, como en un queratocono, en ectasias corneales después de la queratotomía radial o en alteraciones de la superficie ocular, las propiedades ópticas de la córnea están afectadas en zonas distintas de las que se miden en la queratometría y por lo tanto debe complementarse el diagnóstico con pruebas oftalmológicas más específicas.